Ademas de ser peluquero, era sobandero. Cuando alguna joven de la ciudad se golpeaba practicando algún deporte, normalmente jugando fútbol en la calle y sufrían torceduras o lesiones, acudían donde Riverita para que los sobara y curara. Gracias a que en ese entonces el ser sobandero no tenia mucha relevancia, Riverita buscó una técnica diferente para ser un poco mas reconocido y tuviera mas clientes, Riverita antes de curarlos, contaba un chiste o un cuento, que hiciera que los clientes se despistaran un poco del masaje y después de eso el de un tirón les encajaba los huesos.
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