Al diagonal del teatro Sucre, en el barrio San Nicolas, quedaba la "Riverita Barbería" donde trabajaba un famoso personaje del Cali Viejo, quien fue reconocido gracias a que narraba mentiras inofensivas a sus clientes durante el corte de cabello.
Pero bien sabido esa por todos en aquella época, que quien se riera de las historias fantásticas del barbero, podía irse trasquilado, ya que el, por semejante desplante, se ponía muy, pero muy bravo. No le gustaba que le dijeran como tenia que cortar el pelo o que estilo nuevo gustaba el cliente, Riverita decía que el sabia como peluquear a cada persona.
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